El Emperador salpicó, como en un descuido, la vela y ésta se apago. En la penumbra, un servidor quiso encenderla pero la mano del Emperador se lo impidió.
Lejos de allí una inesperada lluvia salvó al Príncipe de morir en la hoguera.
El Lugar
El hombre concluye que está solo. Nadie más se salvo del naufragio. Nadie habita la isla. Buscó en el mapa una posible ubicación. Ningún punto dibujado sobre el fondo celeste que significara algo para él. Este lugar es como la Muerte -pensó-, esta isla debe ser la muerte...
-Quizá...le respondió una voz.
-Quizá...le respondió una voz.
Diálogo
-¿Le gustaría conversar? Imagino que tendremos tiempo, ahora que hemos muerto...
-No mucho, en realidad...pronto deberemos regresar...
-No mucho, en realidad...pronto deberemos regresar...
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