ni siquiera lo piense que afuera llueve
todo el año llueve y hay tormentas
y caen heladas en los dormitorios
y las mesas y oficinas.
No se vaya, por favor,
ni siquiera lo piense que afuera abren más bancos
que bibliotecas o librerías
y solo se recita algún poema
cuando recuerdan la muerte de un poeta.
No se vaya, por favor,
que afuera las canciones parecen pasos de comedia
y casi nunca ya nos estremecen.
Quédese, por favor, quédese conmigo
a soportar juntos esta vida
que le aseguro, un día, se nos habrá ido
y con ella, también los poemas que le haya escrito.
No se vaya, por favor,
quédese conmigo toda la vida.