Ven, Mujer, con tus pies desnudos

Ven, Mujer, con tus pies desnudos
a pisar la alfombra de mi cuarto, a poblar
las soledades de esta casa.
Trae tus hojas secas y hagamos primaveras
que están marchitas las tardes de oír
el murmullo de las lluvias burlándose de mi.
Trae tus besos para celebrarlos con vino,
que rediman ellos el fantasma
de un beso que ronda el cuello de mi camisa.
Mi gran aventura en la vida, por tus formas desnudas.
Ven, Mujer, que ayer soñé contigo lamiendo mis heridas:
bebías de mi cuerpo alguna sed antigua
y eras una dulce madre contándole a su niño historias
para dormir.
Ven, Mujer, con las palabras que me amas escritas en tus senos
a que las lea como un ciego.
Ven, Mujer, hagamos eterno el amor.

Inconcluso

Ahogada de lejanas utopías,
como la lluvia o tus besos,
sigue la vida.