Un pájaro cantor se alarga hasta tu sombra

Un pájaro cantor se alarga hasta tu sombra
en la tarde virgen de este mediodía.
Tu lo atrapas y lo incitas al vuelo, 
le obsequias mieles, lo embriagas
y lo echas al aire para que vuele
pero el, como una mariposa
o un colibrí revolotea alrededor de la flor.
Y tu sonríes tierna y satisfecha porque no se vaya.
Yo no me canso de observarte en ese juego
y acaso yo también revoloteo y bebo
las mismas mieles y luego 
enguajo los labios por tu cuello.
En tu escote deshojo flores que dicen
finalmente que me amas mientras mis manos
como insectos de muchas patas
trepan por tus piernas infinitas
como cientos de arañas pequeñitas y asustadas,
y tu sonríes tierna y expectante
porque sabes la estrofa que le falta a este poema.