:)

Y yo te tengo acá, o allá
─da igual si estás─
y entonces esa cruz se hace de papel
y entonces empieza a llover y esa cruz
se desarma como esas flor de panadero
que uno de chico soplaba
para pedirle deseos.

Entonces la tarde ─que era toda lluvia
y viento y domingo de otoño─
sigue siendo una tarde de lluvia y de viento
y de domingo de otoño
pero ya sin cruces
porque vos estás
acá
o allá
─da igual, estás─.

Poema y antipoema

(poema)

¿De quién serán estas horas,
este aullido del viento
en las ventanas,
esta tarde ausente,
este gato durmiendo en mi cama,
estos poemas que releo
habiendo tanto libro nuevo por leer?

¿De quién serán estas horas
que no pasan,
que lo atraviesan a uno entrándole por la espalda
para salirle por el pecho frío
como la tos bohemia de un poeta triste?

¿De quién serán las muertas porcelanas
sobre el viejo modular del living
y las fotos amarillas de los abuelos
y nuestra infancia jugando todavía en los sillones?




(antipoema)

Dice el gato
que ya no siga:
que deje de meterlo en mis poemas
que entre los demás gatos tiene
fama de güapo y pendenciero
y que además,
ni el frio ni la lluvia le importan,
ni mis poemas.
Que todas las tardes son iguales
y que como cada noche
hoy saldrá a farrear
y sobre todo,
que soy yo, y no él,
el depresivo.