El Amor (Poema en prosa)
Como todos, descubrió el amor cuando supo que no era el reflejo de un espejo lo que estaba mirando sino a una persona diferente, pero casi exactamente igual a él.
La huella es el recuerdo de los pies
La huella es el recuerdo de los pies.
En ellas duerme la memoria olvidada
de pasos ya muertos en el tiempo
y es esta sencilla sombra que dejan
su paso por el mundo.
Al final del camino nos espera un árbol
Al final del camino nos espera un árbol
pequeño y humilde, de brazos delgados,
hojas suaves sin verdes brillantes
ni grueso tronco.
Pero de grandes raíces, profundas
que aran la tierra para alimentarse
y nutrir al caminante de savia fresca
para que descanse en la muerte.
Y cuando ese árbol se seque,
se abrirá nuevamente el camino.
Cuando llegue la noche...
Cuando llegue la noche aprenderé el sutil arte
del desamor.
Se cansa el camino de nunca ser descanso
Se cansa el camino de nunca ser descanso
y el árbol de dar sombra sin abrazos.
El caminante se cansa del camino y se olvida
de andar cuando lo adormece la sombra.
Es la realidad, conspirando contra el hombre,
encadenando la idea.
Es que llegada la madurez el fruto muere si no se come
y el hombre se seca si no florece.
Aunque mucho ande, el caminante sabe
que un día termina el camino
y lo que ha visto se muere un poco también
porque los ojos no cuentan historias,
solo las palabras, esas aves de alas cortas
y vuelo raso.
Caminante que no has contado tus pasos
para que otro los aprendan
no has vivido,
por mucho que hayas andado.
Hoy quiero escribir un verso capaz de enamorar
Hoy quiero escribir un verso capaz de enamorar
a una muchacha que me persigue los ojos.
Quiero escribir el suspiro excitado de una desconocida.
Ser el hombre en el sueño de una adolescente curiosa
de conocer el sexo.
Hoy quiero estar en tu deseo más que en tu cama
con la secreta esperanza de mañana
dormirme con tus fantasías cumplidas.
Una copla en la noche
Una copla en la noche,
luna coplera,
bombo legüero,
cuerdas nocheras.
Rasguña la nota una mano
curtida,
el paisano entona unos versos
de amor perdido.
Luna coplera,
mi amigo llora
con su guitarra:
la soledad asoma.
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