He contado las flores, las aves, las tardes de sol,
y me han devuelto en abrazos los versos que
garabateo como dibuja un niño.
He amado hasta el cansancio y me han dado
algunos besos de esos
que se recuerdan siempre.
He tomado de la mano a mis mujeres
para pasear bajo la lluvia,
y aunque hoy no estén,
viven siempre en mi poesía.
He soñado con tocar las nubes,
y he volado en sueños.
He caminado y he golpeado puertas
que siempre estuvieron abiertas.
He sentido el mundo como una calesita
y ahí estuvieron esos brazos,
para evitar que caiga, mareado, en el barro.
He sido el poeta,
el hombre que amasó ternuras
para hacer panes.
He sido yo,
sin tener que ser otro
porque en mis versos duerme siempre
una mujer desnuda
para aliviarme las penas.
He sido esto que guardan:
he sido el poeta
porque han leído mis versos.
Este momento inquieto que llamamos presente
Este momento inquieto que llamamos presente
es todo lo que nos queda del pasado.
Las lágrimas y las risas
se han ido a otra tierra
donde ya no existen.
Para seguir mi camino
suelto el pasado y me hago nadie.
Una hoja en blanco.
es todo lo que nos queda del pasado.
Las lágrimas y las risas
se han ido a otra tierra
donde ya no existen.
Para seguir mi camino
suelto el pasado y me hago nadie.
Una hoja en blanco.
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