Mis manos

I
Yo puedo verme las manos
no sé cómo -si amando
escribiendo o trabajando-
pero a veces me sucede
que puedo verme las manos.

II
Mis manos son de otras manos;
fantasmas ajenos
como nubes en otro tiempo
como escarabajos muertos
o un desierto.

III
A veces son garras
enfermas.

IV
A veces veneno

V
A veces cuando me duelen
las suelto por la guitarra,
que jueguen, canten o bailen
según les vengan las ganas.

VI
A mis manos les gusta la hazaña.
Por eso
de vez en cuando
ensayan
cantares de gesta.

VII
Mis manos mienten.

VIII
Mis manos se mienten.
Me mienten.
Nos mienten.

IX
Digámoslo claro:
mis manos no son mis manos.

X
Ni las de nadie.