Antipoema XVIII

Póngase en mis zapatos:
¿sería sencillo para usted vivir
siendo este cobarde
inútil
este coleccionista de fracasos
este hombre asustado
este hombre lleno de culpas
que no quiere ser feliz?

Antipoema XVII

Si yo pudiera
escribiría un manual de instrucciones
y de buena gana se lo daría:
sin apartados secretos
ni letra chica

le daría el plano detallado de este laberinto
para que pudiera recorrerme completo y sin riesgos de perderse
usted también


El asunto es que no hay manual ni planos.

Se lo puedo asegurar yo,
que llevo años tratando de salir de mi
sin haber visto el sol más que por alguna ventana pequeña
hasta que, más tarde o más temprano,
terminé empañando yo mismo
con mi propio aliento
de tanto pegarme al vidrio.

¡Tantas eran las ganas de salir!

Antipoema XVI

lo único que queremos realmente
es morirnos en silencio
para no tener que decir

"perdón,
te amé tanto
que el amor
y el miedo
fueron la misma cosa"

Entonces uno huye, se esconde
hasta que la muerte
nos separe.

Antipoema XV

cuando el poeta

desconfía demasiado

cuando se da de narices
contra una puerta
y otra
y otra

cuando ha besado con la boca muerta

cuando ha sentido impotencia
miedo
culpa
o, simplemente, un cansancio
que no se explica

o cuando ha abandonado su casa
que era un pecho amado

entonces

ocurre la antipoesía

Antipoema XIV

la poesía no sirve

todos los poetas mienten

Antipoema XIII

También nosotros
nos tragamos
un sapo