Adriana
A ver, cuéntame esa historia,
la de tus días y tus noches sin mi.
Cuéntame tu huella sobre el pasado,
sobre el camino que ambos recorríamos sin saberlo
y que un buen día nos dejó desnudos bajo el mismo techo.
Cuéntame de los árboles que sembraste, de las flores
que dejabas crecer en tu jardín y de los hijos que no tuvimos
y esperan que abramos las puertas de ese laberinto
biológico de la reencarnación.
Háblame de esa otra mujer que no era mia
cuando todavía yo no era tuyo.
Un duende juguetón se alegra con tu cuerpo
Un duende juguetón se alegra con tu cuerpo,
se regodea, borracho de tus sombras desnudas,
ama tu locura de gata en celo, tu fiereza salvaje,
tu lado más animal cuando lo humaniza el amor.
La noche nos encierra en una cajita pequeña donde solo caben los sexos.
Dos almas prestas a mostrar los dientes si el amor
así exigiese.
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