Vendré con mis flores marchitas:


Vendré con mis flores marchitas:
mis pétalos secos, mis espinas sin punta.
Vendré a tocar tu puerta con mis muñones.
Vendré y esperaré en tu puerta como un mendigo.
Esperaré con la escarcha de la noche enamorada en mi barba.
Esperaré la noche y el día y la noche que sigue y el día que les siga.
Vendré a que me resucites; a que me conviertas en pan las piedras,
en vino las aguas, en vida eterna mis llagas.

Vendré a ser tu milagro yo, mi Dios vos.
Vendré a tocar con mis heridas tu vestido para curarlas.

Esperaré, sin ser digno, que entres en mi casa
y con dos palabras tuyas bastará para sanarme.