Dos palomas amándose

Dos palomas amándose
en los cables que llevan
setenta canales de hielo
al televisor de un matrimonio
sin pasión.
Dos palomas que se aman,
irónicamente, sobre el desamor
de toda una calle
en la ciudad.

Un beso

Un beso,
una tarde.
Hechizo de soledad
que se rompe en
una tarde, en
un beso.

He dejado mi nombre y mi rostro

He dejado mi nombre y mi rostro,
he dejado mi cuerpo
para habitar en mi sombra.
He dejado las palabras ostentosas
y la vanidad de los espejos.
He dejado la memoria a un lado
para andar sin carga.
He dejado de ser uno en el tiempo
para ser un ser nuevo a cada instante.
He dejado de ser yo, de ser
la continuidad de mis recuerdos.
He escogido ser la sombra efímera
de alguien que ya no es.

Alma, tú sabes

Alma, tú sabes
cuánto te quiero,
pero deja de llorar
un día
para que empiece
el amor
a ser verdadero.