Para bien o para amar

Para bien o para amar:
discutir el valor pragmático del verso
rebelarse
tomar las plazas y las calles
acudir donde es preciso
resistir y  transformarse.

Para bien o para amar:
cuidar el ornamento del verso,
enamorarse,
tomar su mano y su cintura,
llevarla a caminar sobre las hojas
secas del otoño.

Para bien o para amar
el verso
anarquista
enamorado

el verso apasionado
con vocación de fuego y tripa
de sangre y semen
de dulzuras o de furias.

¿Cuál verso sirve más o cuál menos?
¿Cuál verso he de escribir
si cuando beso pienso
en los abandonados
y al levantar la voz recuerdo
el pecho amado?

Un verbo, entre tanta palabra vacía

Un verbo, entre tanta palabra vacía,
que tome la firme decisión de abandonar la gramática
y convertirse, sin temores, en acciones cumplidas.

Un sustantivo, pequeño, no importa,
que encierre el anhelo de ser, de existir
más allá de la teoría y la lingüística.

Un adjetivo que defina algo hermoso y real
sin dejarse engañar por el éxito de un poeta
que haya sabido colocarlo,
como un animal enjaulado,
a la derecha de una palabra hueca
obligándolo a ser,
solamente,
una prenda de vestir del sustantivo.

Una oración para la que no haya sintaxis,
una palabra más allá de lo semántico,

un poema, un maldito poema,
que nos sirva de algo.

En las manos del pobre están

En las manos del pobre están
los muros de su casa,
su techo,
sus ventanas, su pisos,
su cama, su mesa y su pan,
su alacena vacía,
su sopa en latas,
su escuela y la escuela
a la que no irán sus hijos.

Todo,
todo lo que al pobre le falta
lo tiene durmiendo
en sus manos pobres

Si él pudiera, si el pobre pudiera,
lo haría todo con sus propias manos.

Pero no puede,
pero/porque no lo dejan.

Yo tuve un pájaro, pequeño y gris

Yo tuve un pájaro, pequeño y gris
sin mucha gracia,
que cada mañana
cantaba en las ramas
del árbol junto al banco
de plaza
en el que duermo.

Él era mi mascota, mi familia
mis amigos
y la inmensa fortuna
que he tenido:
oír su música
sin deberle nada.