son los que prefiero de mi alma;
esos rincones de inocente virginidad
para obsequiarlos puros
cuando la ocasión se presente.
De todos los espacios que el alma tiene
escojo siempre los que crían telarañas,
porque en ellos nadie
se ha limpiado el barro de sus botas.
De todos los rincones de mi alma
escojo siempre los mas pequeños,
porque en ellos nadie entra más que yo,
y los habito simple en mi nostalgia
sin tener que dar explicaciones.
De todos los espacios de mi alma
prefiero solo los que besas,
los que han visto la luz de tus ojos,
los que no han llorado nunca,
los que creen con la fe de un niño,
los insurrectos que guardan alguna utopía,
los que he lavado alguna vez después del amor.
De toda mi alma prefiero
la geografía virgen donde viven
los amores que tendré
y no los que tuve.