Tu belleza o tu inteligencia me sobran.
Para quererte no necesito excusas.
Me basta con quererte.
Quererte en la informalidad
de un beso distraido.
Te quiero como a una nube
a la que no se pide
coherencia ni forma:
se la ama por caprichosa,
por las tormentas que guarda.
Te quiero suelta de lazos
y cadenas,
te quiero libre
para que tú me quieras
como yo te quiero.
Me alcanza tu abrazo para quererte.
Me alcanzan tus besos para quererte.
Te quiero porque quiero quererte
aunque seas tú la que se haga querer.
Te quiero y nada más que eso.
Lo demás me sobra
para quererte.
Tenerte entre mis brazos de sueños
Tenerte entre mis brazos de sueños
sin tenerte. Soñarte despierto.
Alcanzarte como a una sombra,
rastrear el aroma de tu pelo
en la corriente de un rio tempestuoso.
No estar en tus brazos despiertos,
no estar, y conformarse con eso.
Saber de tu aliento el recuerdo,
ansiar con todas las fuerzas
un beso. Que no estés. Que no seas.
Tristeza y recuerdos de un perro muerto.
Tu cuerpo vivo y ausente
en la frente, entre ceja y ceja.
Corona de espinas.
Tu estrella en el cielo, en la tierra
esta pena. ¡Qué pena!
¡Qué pena tan grande tener que no tenerte!
sin tenerte. Soñarte despierto.
Alcanzarte como a una sombra,
rastrear el aroma de tu pelo
en la corriente de un rio tempestuoso.
No estar en tus brazos despiertos,
no estar, y conformarse con eso.
Saber de tu aliento el recuerdo,
ansiar con todas las fuerzas
un beso. Que no estés. Que no seas.
Tristeza y recuerdos de un perro muerto.
Tu cuerpo vivo y ausente
en la frente, entre ceja y ceja.
Corona de espinas.
Tu estrella en el cielo, en la tierra
esta pena. ¡Qué pena!
¡Qué pena tan grande tener que no tenerte!
Tenía un negrito en mi casa
Tenía un negrito en mi casa
chiquito y con la panza hinchada.
Jugaba el negrito a contarle
las manchas a una jirafa.
Era feliz mi negrito,
saltando y rugiendo
creyendose rey
en su selva.
Tenía un negrito en mi casa
que era mi hijito.
Tenía un negrito en mi casa
que un día lo cazaron.
Como a bestia cadenas
le ataron.
Y lo llevaron lejos, al mercado.
Tenía un negrito en mi casa.
Sabrá el Dios de los blancos que cosa
cantaba el negrito
en el arrozal, esta mañana.
chiquito y con la panza hinchada.
Jugaba el negrito a contarle
las manchas a una jirafa.
Era feliz mi negrito,
saltando y rugiendo
creyendose rey
en su selva.
Tenía un negrito en mi casa
que era mi hijito.
Tenía un negrito en mi casa
que un día lo cazaron.
Como a bestia cadenas
le ataron.
Y lo llevaron lejos, al mercado.
Tenía un negrito en mi casa.
Sabrá el Dios de los blancos que cosa
cantaba el negrito
en el arrozal, esta mañana.
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