Recorro con la punta de mis dedos


Recorro con la punta de mis dedos,
suavemente, como si te acariciara,
las venas dibujadas sobre un mapa
inventándome el camino que separa
el lugar donde te encuentras
del lugar donde me faltas.

Escupo las palabras que me están...


Escupo las palabras que me están
sobrando. Las devuelvo al viento.
Me deshago de ellas o ellas
se deshacen de  mi. Sonidos
fabricados para ser escritos
y perdurar por sobre el hombre
que los suelta en un papel.
Ironía que define, a la vez,
a la poesía y a la música:
ser, ambas artes, sonidos escritos.

Son tus milagros mujer


Son tus milagros mujer,
tus pequeños milagros de cada día
como el café de la mañana,
la siesta, la sobremesa después
de la cena. Tu cotidiano modo
de volver poesía
cada simple acto de la vida.