Le ruego entienda mi pesar y el infantil titubeo
pero es que la ocasión...ya entenderá.
Es su persona la culpable sin tener usted la culpa
ni acusarla ─poco ayudaría─ yo pretendo.
Entienda el demasiado enredo:
ya quisiera yo soltar prenda y resolverlo de otra forma
pero no puedo.
En su persona tengo cierto interés,
no como el del Banco ni es que me este debiendo algo:
mi interés es más bien algo romántico
─y no muy original, hay que decirlo.
Es el mio un interés bien específico:
besar sus labios, tomar su mano,
y algún otro descaro que
más valdría comentárselo en privado.
Si usted quisiera pensarlo ya lo sabe,
yo voy a esperarla un tiempo largo.