A dos pesos el verso, tres kilos
de poemas
a la cotización oficial
del dólar o el euro
o el yen o el rublo
o la libra esterlina.
(Ya se escucha en el mercado el pregón del poeta:)
"vendo o permuto
libro de poemas
por auto nuevo".
Satisfacción garantizada o le devolvemos
su dinero.
Versos tibios, huellas de pies pesados
incapaces
de alzar vuelo.
Palabras repetidas,
sin novedades que sacudan
su domesticidad.
Adquiéralos ya, sin miedo,
que no le romperán un solo cristal
de sus ventanas
ni ensuciarán su alfombra
con huellas embarradas
de campesinos ni llenarán su casa
con las pulgas del vagabundo.
Poetas sabedores del amor
que sueña cuando huye
de ese otro amor,
el leguleyo,
el aburrido,
de su marido.
Por una camisa de marca
seis versos
o un cuento;
por el último iPhone
una novela.
Si alguna vez contaran su propia basura
¡eso sí que sería poesía!
Humana y profunda,
llena de miserables tristezas.
Mercaderes a sus mercados
poetas a sus versos.
Si usted ama la poesía, elija a los poetas.