Cuando sea tarde miraré a los pájaros con nostalgia

Cuando sea tarde miraré a los pájaros con nostalgia
pensando:
"yo he sido uno de ellos,
yo tuve sus alas".

Cuando sea tarde miraré a los árboles con pena
pensando:
"yo tuve verdes las ramas
y era feliz soñando
con llegar al cielo".

Cuando sea tarde miraré el mar con nostalgia,
pasaré las tardes mirando
caer la lluvia por mis ventanas,
despertaré asustado por los sueños
que solían alegrarme el alma.

Cuando sea tarde recordaré ese nombre
al verme en un espejo vacío
un rostro cubierto
por la hojarasca.

Cuando sea tarde pensaré:
tuve todo el tiempo
tuve los sueños
tuve sus alas

hoy tengo nada.

Y ví un millar de poetas cruzando el incontenible rio

Y ví un millar de poetas cruzando el incontenible rio
sin tener siquiera un madero al que aferrarse.
Ví también a muchos de ellos perder sus fuerzas
y dejarse arrastrar, servicialmente, por la corriente;
de esos no he sabido más porque no los he seguido
por quedarme viendo cómo muchos otros resistian,
con todas sus fuerzas algunos, con lo poco que quedaba otros,
dando primero un paso y luego otro con notable sacrificio
y dando muestras de un esfuerzo sobrehumano.
Pero en en sus rostros solo vi que hubiera paz y calma,
la clara señal de la esperanza,
del milagroso desinterés por sus nombres propios.

Juran que cualquier cielo es el cielo

Juran que cualquier cielo es el cielo,
que la utopía es un mero discurso literario,
que noy hay pájaros eternos,
que pasó el tiempo y la moda
de creerse ciertas cosas.

No puedo.

Prefiero besar el nombre de un cielo por encima
de ese otro
que ven los ojos
ordinarios.

Hay que querer encerrarse tan a gusto en una jaula
aunque tenga los barrotes dorados...

Si ya sabemos:
no todo lo que brilla...

Entonces enciendo un televisor
una radio
abro un diario
un libro
y por más que busque no lo encuentro.

Con las lámparas sobre el suelo solo veo más tierra.

Cuando ven esas luces que dicen
hay en el cielo
¿estarán mirando el cielo
o alguien los engaña
vendiéndoles cerillas encedidas en lugar de almas?

Hay piedras, pequeñas, que se confunden con semillas.

Pero no tendrán árboles,
y entonces pienso:
¿en qué sombra descansarán los hombres
del trabajo de ser aves?

Es una de mis tristeza
─quizás la preferida.
Pienso que la poesía se volverá una viuda sin parientes
para cuidarla de sus muertos.

Entonces, pienso, habrá que hacer poemas,
que resistan tanto infierno.

Pasa por mi casa alguna vez

Pasa por mi casa alguna vez
para charlar;
matemos este silencio.
Vuelve a salpicarte alguna tarde
con este jugo
que llevo dentro.

Son los juegos del amor:
tanto silencio.
Son los juegos del amor...
─traeme un recuerdo.

Juntos caminos una vez
por un desierto
los dos sedientos.
No hay culpables porque quién
puede matar
lo que está muerto.

Son los juegos del amor:
tanto desierto.
Son los juegos del amor...
─traeme un recuerdo.

Nada ha cambiado, ya lo ves,
desde ese invierno:
la misma barba, la misma fe
y el mismo vicio
de hacerte un verso.

Son los juegos del amor:
todo este invierno.
Son los juegos del amor...
─traeme un recuerdo.

Pasa por mi casa alguna vez
a charlar
matemos este silencio.