que no duerme, y una perfecta lógica del sinsentido,
el caos, dios y padre del orden, la poesía imposible
y esa otra, la que escribo como puedo con lo que tengo.
Mis pensamientos recorren los incesantes pasillos de un laberinto
y siempre encuentran minotauros más que salidas.
De vez en cuando algún Teseo osa adentrarse pero Asterión,
atento y preciso, nunca falla. No vaya a ser que le roben
su divina genética y su soledad perfecta.
Fuera de estas paredes has tenido el antojo de existir...
solo la desesperación puede habitarme ahora
en este sueño incesante, esta pesadilla que has creado
con tu existencia...