tus Cielos, despoblados.
Ha llovido todo el año,
no hemos visto un sol
en mucho tiempo.
Ya he perdido las ganas
de un cuerpo que apenas recordaba.
Ya no sé quién eres ni quién eras.
He perdido tu recuerdo,
tu imagen no es la palabra
que creaba un universo
en el principio,
sino unos cuantos versos tristes
de nuestra propia indiferencia.
Ya no recuerdas tus tardes felices
ni las campanas de las siete
cuando debías irte.
Tus sombras ya no ocupan los espacios
que ocuparon ese rincón
que pudo ser tu hogar.
Debiste dejarte inventar como te quería.