y cuando digo que te quiero
tener dentro de mi cama
pienso quizás en un banco en una noche de plaza
detrás de una cortina
impuesta por la neblina,
o pienso en una mesada, o mesa, en una cocina
o detrás de una puerta
que dé a alguna escalera
o en el balcón cuando llueva.
Mi cama es una nación ancha con fronteras que abarcan
todo lugar que te plazca
para querernos
como Dios manda.