Renuncio al amor eterno tan mal entendido

Renuncio al amor eterno tan mal entendido,
a esa vulgaridad de sentir para siempre y que la muerte nos separe.
Que todas las cosas pertenecen al presente
y el tiempo es una multitud que camina en dirección contraria
a la propia marcha fúnebre que uno arrastra,
y más común es que el presente se dirija hacia el pasado que al futuro.
Que las promesas hechas a futuro se cumplen o se dejan de cumplir,
inexorablemente, en otro presente.
Que es vanidad de dioses prometer el futuro
y condición humana acabarse en un puñado de presentes.
Con relajada y conveniente hipocresía acataré
el precepto bíblico de no jurar en vano.
Que al amor se lo lleva el viento mucho antes que la muerte.
Que el amor es sueño y los sueños...