Tomemos el resto de esta tarde para recordar.
No olvidar que fuimos cómplices los dos
en la mutua estafa de un amor para siempre.
Pensar que alguna vez moríamos por vernos
y cualquier minuto que pudiera robarse
a la familia era una eternidad de besos en despedidas
infinitas en la esquina de tu casa.
Quizá quieras aprovechar esta tarde para recordar
el vestido floreado de la primera vez,
los mediodías que escapabas de la universidad
para almorzar conmigo,
o el nombre de ese hijo que nunca tendremos juntos.
Sería un bello gesto de tu parte recordar,
con algo de cariño, todo lo que hicimos bien
y volver, una tarde, a decir "también te amé,
perdón por lo demás".
Aprovecha esta tarde, mientras él se levanta para ir
a trabajar y tú te preguntas si de verdad
estaba todo perdido.