Escupo las palabras que me están
sobrando. Las devuelvo al viento.
Me deshago de ellas o ellas
se deshacen de mi. Sonidos
fabricados para ser escritos
y perdurar por sobre el hombre
que los suelta en un papel.
Ironía que define, a la vez,
a la poesía y a la música:
ser, ambas artes, sonidos escritos.