Me gusta besarte
no sé,
quizás no sea tan especial
y un día me sorprenda pensando
qué tendrían tus besos para hacerme creer
que me gustaba tanto besarte.
Pero me gusta besarte.
No sé, será que tus besos
son como el café:
me despierta la sangre
me inquieta
me da ganas de trepar un árbol
como cuando era chico
o de escalar tu sombra
que hoy por hoy
es mi juego preferido.
Me gusta besarte, me gusta cuando te beso
cómo se me olvidan
las cosas que no importan tanto:
esa broma sucia del tiempo y de la muerte
o que Dios sea un invento de un cura con vocación de banquero.
Hay quien le encuentra sabor a los besos
pero tampoco es eso.
Me gusta besarte
y quizás sean tus besos o quizás sea solo besarte
y saber
que besarte es mucho más que el beso:
que besarte es el reto de besarte y que después del beso
quieras quedarte.