Tal vez no sea tan cierto aquello de que estamos solos o pasados de moda.
Tal vez, no sé, todavía haya en ciertos lugares algunos que pelean, a diario, por dar pan más que televisores o computadoras.
Tal vez existan esas personas de las que alguna vez oímos como si fueran un cuento de hadas y tal vez no haya muerto ─quienes dicen esto gustan de los negocios y eso lo hace sospechoso─ la utopía.
Quizás estén en esos barrios que nunca pisamos, en esos lugares en los que los zapatos se ensucian y los sacos se llenan de polvo y por eso nunca los hemos visto.
Tal vez un día podamos encontrarlos
conocerlos
reconocerlos o,
mejor aún, reconocernos en ellos.
Ojalá un día podamos encontrarlos,
abrazarlos
lavarles los pies
y alimentarlos
nosotros
a ellos
para que sepan así
que ellos tampoco
están solos.