¡Con cuanta piedad me juzgas...

¡Con cuánta piedad me juzgas,
con cuánta injusticia me amas!
Casi no pides y acaso si algo no das...
Casi nada traigo pues todo
lo he dejado en otra casa y,
sin embargo,
tu me das tu techo y tu alimento.
¡Cuánta injusticia en el mundo, mujer,
que tú me ames como me amas!