Eres
una sombra inquieta en los jardines
descuidados de mi alma,
paseando por los pasillos de la eterna nostalgia
trayendo remebranzas de un futuro
perfecto.
Eres
el recuerdo de lo que siempre
he querido ser,
el anhelo de un futuro sin tu ausencia.
Eres
lo que sueño, pienso,
y como en el almuerzo...
Eres
la que eres,
la que no puede medirse
ni contarse.
Eres
la totalidad,
la perfecta omnipresencia
de cada noche.
Eres
la que sueño en el desvelo
y la palabra que
no nombro en mis poemas.
Eres...
todo lo demás es redundante.