Maldita la vida, maldito el mundo,
maldito sea todo
lo que no has tocado
ni te ha visto.
Malditos los versos que escribo
cuando quiero besarte.
Malditas estas ganas de tenerte,
y este tenerte estas ganas.
Maldito todo
lo que sea quererte
y no quererte querer
y quererte sin embargo.
Maldito el poeta que te sigue nombrando.
Maldita tú, por haber jugado,
maldito yo, por haber creído.