De ser posible, toda la vida, y un poco más


De ser posible, toda la vida, y un poco más,
de ser posible y si no es mucha molestia,
o tal vez, ¿por qué no? la eternidad.
¡Mire que hermoso suena: "la eternidad"!
¡Cuánta poesía se ha escrito en vano
para decir tan poco y menos aún!
Pero es que bastó mirarla a los ojos
para entenderlo, y aún menos,
tenerla cerca para saberlo.
Pero espero también entienda
lo cursi que esto le suena, dicho así,
a mis oídos sordos de tímido cantor
o a mis fingidas pretensiones de poeta.
Pedir tenerla toda la eternidad suena
a bolero improvisado, a canción de radio,
a un hombre con ganas de tenerla solo un rato.
Pero cuando la vi a los ojos, cuando me vi en su mirada...
la eternidad, Señora, ¡y casi siento que le pido nada!
¡la eternidad es nada, Señora, cuando me siento
y me duermo y me enredo en su mirada!