Tal vez abrieran sus heridas de puro gusto. Es posible que por haber jugado se hayan quebrado un poco el alma
y otro poco el pecho.
Todo es posible, incluso que ninguno de los dos se arrepienta de haberse lastimado de esa manera tonta e ingenua.
Fue solo un juego, como cuando eran niños y jugaban
todo el tiempo.
Es mentira que los grandes no jueguen: juegan cada vez que pueden, y se lastiman, como chicos,
por jugar apurados, por perseguirse y, más aún
por alcanzarse.
Como la muerte, ella viene y lo recorre
Como la muerte, ella viene y lo recorre
para lavarle el dolor, animal herido,
le desangra el cariño, le mata por dentro
el infeliz niño que había sido:
se retuercen juntos,
se devuelven las alegrías mutuamente,
lamen del cuerpo del otro, cada uno,
como gotas de fe que se transpiran,
pequeñas pociones de inmortalidad
que se beben de los cuerpos:
no hay vida que estén creando más
que la de ellos mismos.
Después ellos terminan la noche: le cierran el mañana
para poder volver a mirarse
y poder mirar a los otros.
para lavarle el dolor, animal herido,
le desangra el cariño, le mata por dentro
el infeliz niño que había sido:
se retuercen juntos,
se devuelven las alegrías mutuamente,
lamen del cuerpo del otro, cada uno,
como gotas de fe que se transpiran,
pequeñas pociones de inmortalidad
que se beben de los cuerpos:
no hay vida que estén creando más
que la de ellos mismos.
Después ellos terminan la noche: le cierran el mañana
para poder volver a mirarse
y poder mirar a los otros.
Romance de la luna creciente y la serpiente (poema III)
No hay poemas para esta hora negra, incierta:
las palabras han tomado sus austeras maravillas
y sus magias y no sé yo dónde las han llevado.
Han dejado la vulgaridad de una historia repetida:
en una isla se guardan los tesoros ocultos.
las palabras han tomado sus austeras maravillas
y sus magias y no sé yo dónde las han llevado.
Han dejado la vulgaridad de una historia repetida:
en una isla se guardan los tesoros ocultos.
Cierto que lo he dicho poco estos días
Cierto que lo he dicho poco estos días
y que nunca sobra decirlo.
También es cierto que te he contado
que estoy escribiendo más,
que estoy trabajando duro
que me estoy esforzando
por ser alguien más que este poeta
de medio pelo,
por ser mucho más de lo que soy,
que quiero superarme, vencerme las excusas,
cambiar mi actitud pasiva ante la vida,
dejar de esperar que vengas, que des, que hagas...
Cierto que lo he dicho poco estos días
y que nunca sobra decirlo
pero también es cierto que todo esto
lo hago por vos
y es, también, una forma de decir "te amo".
y que nunca sobra decirlo.
También es cierto que te he contado
que estoy escribiendo más,
que estoy trabajando duro
que me estoy esforzando
por ser alguien más que este poeta
de medio pelo,
por ser mucho más de lo que soy,
que quiero superarme, vencerme las excusas,
cambiar mi actitud pasiva ante la vida,
dejar de esperar que vengas, que des, que hagas...
Cierto que lo he dicho poco estos días
y que nunca sobra decirlo
pero también es cierto que todo esto
lo hago por vos
y es, también, una forma de decir "te amo".
Romance de la luna creciente y la serpiente (poema II)
Cuando toda la poesía estaba escrita, ella
trae su ánfora llena de aguas nuevas
¡y esta sed que es eterna!
Este laberinto de arenas y el incesante sabor del mar
lejano...
Trae, mujer, tu cántaro, que manso he de beberlo.
Soy desierto, un puerto antiguo al que la Historia ha olvidado.
Quítame, Señora, el sabor de la ceniza
que Roma arde y de ella escapo aunque le diga eterna
porque en sus templos he de volver a inclinarme
cuando esta cenicienta sed esté saciada.
¿De quién será esa noche si no me sueña?
No mía, que ya no soy.
He dejado mi fe en la vieja Babilonia:
supe ver los ríos desde la última terraza de la Torre
y en los jardines descansaba del desierto.
Hoy vuelvo sobre los pasos del Inmortal:
camino a la muerte por ciudades prohibidas
─la serpiente, que es eterna, me acompaña
desde el día que cubrí mi desnudez.
¿Tienen dueño tus labios o son dos líneas
tatuadas en mi espalda?
En la Isla de Eea me confesó un demonio
que la mujer es bruja siempre, aunque no lo sea
y que el amor es brujería.
Después me ofreció dos hierbas para salvarme.
No las quise. He visto a los hombres sufrir más los besos
que no les daban.
trae su ánfora llena de aguas nuevas
¡y esta sed que es eterna!
Este laberinto de arenas y el incesante sabor del mar
lejano...
Trae, mujer, tu cántaro, que manso he de beberlo.
Soy desierto, un puerto antiguo al que la Historia ha olvidado.
Quítame, Señora, el sabor de la ceniza
que Roma arde y de ella escapo aunque le diga eterna
porque en sus templos he de volver a inclinarme
cuando esta cenicienta sed esté saciada.
¿De quién será esa noche si no me sueña?
No mía, que ya no soy.
He dejado mi fe en la vieja Babilonia:
supe ver los ríos desde la última terraza de la Torre
y en los jardines descansaba del desierto.
Hoy vuelvo sobre los pasos del Inmortal:
camino a la muerte por ciudades prohibidas
─la serpiente, que es eterna, me acompaña
desde el día que cubrí mi desnudez.
¿Tienen dueño tus labios o son dos líneas
tatuadas en mi espalda?
En la Isla de Eea me confesó un demonio
que la mujer es bruja siempre, aunque no lo sea
y que el amor es brujería.
Después me ofreció dos hierbas para salvarme.
No las quise. He visto a los hombres sufrir más los besos
que no les daban.
Romance de la luna creciente y la serpiente (poema I)
Bajo la luna creciente de tu nombre, una serpiente
atravesada en mi nombre intenta la alquimia
de volverlo todo oro o besos.
Y mientras agita el caldero de sus magias cuenta a los expulsados
que un diablo escribe el destino, que otro lo borra
y que otro los distrae mientras los dos trabajan
y entonces
pasa que aparecen dos soles en el mismo cielo.
atravesada en mi nombre intenta la alquimia
de volverlo todo oro o besos.
Y mientras agita el caldero de sus magias cuenta a los expulsados
que un diablo escribe el destino, que otro lo borra
y que otro los distrae mientras los dos trabajan
y entonces
pasa que aparecen dos soles en el mismo cielo.
¿Cómo le explico lo engorroso de mi situación?
¿Cómo le explico lo engorroso de mi situación?
Le ruego entienda mi pesar y el infantil titubeo
pero es que la ocasión...ya entenderá.
Es su persona la culpable sin tener usted la culpa
ni acusarla ─poco ayudaría─ yo pretendo.
Entienda el demasiado enredo:
ya quisiera yo soltar prenda y resolverlo de otra forma
pero no puedo.
En su persona tengo cierto interés,
no como el del Banco ni es que me este debiendo algo:
mi interés es más bien algo romántico
─y no muy original, hay que decirlo.
Es el mio un interés bien específico:
besar sus labios, tomar su mano,
y algún otro descaro que
más valdría comentárselo en privado.
Si usted quisiera pensarlo ya lo sabe,
yo voy a esperarla un tiempo largo.
Le ruego entienda mi pesar y el infantil titubeo
pero es que la ocasión...ya entenderá.
Es su persona la culpable sin tener usted la culpa
ni acusarla ─poco ayudaría─ yo pretendo.
Entienda el demasiado enredo:
ya quisiera yo soltar prenda y resolverlo de otra forma
pero no puedo.
En su persona tengo cierto interés,
no como el del Banco ni es que me este debiendo algo:
mi interés es más bien algo romántico
─y no muy original, hay que decirlo.
Es el mio un interés bien específico:
besar sus labios, tomar su mano,
y algún otro descaro que
más valdría comentárselo en privado.
Si usted quisiera pensarlo ya lo sabe,
yo voy a esperarla un tiempo largo.
No, no voy a decirlo
No, no voy a decirlo,
voy a llenar estos versos con cosas del día:
la lista del supermercado,
las noticias del diario
y hasta la lluvia de esta mañana
solo por no decir ni una palabra
de lo que dice este poema.
voy a llenar estos versos con cosas del día:
la lista del supermercado,
las noticias del diario
y hasta la lluvia de esta mañana
solo por no decir ni una palabra
de lo que dice este poema.
La construye, él, con sus propios deseos
La construye, él, con sus propios deseos,
le da la forma de sus propios anhelos.
Ella es su morboso placer de ser el dios macho
inventando a Eva.
No le importa que ella no sea ella,
él sabe que no lo es pero la culpa es escasa,
no es algo que le corte el sueño,
ella es lo que él anhela que sea:
otro él, tan irreal como es él mismo.
El reflejo que hace al espejo, que lo fabrica.
La necesita como la quiere
y ante la duda, ante el pavor
de que ella sea otra
se la inventa como la quiere.
Si ella se empecinara en ser esa otra que es ella
ya no le serviría.
le da la forma de sus propios anhelos.
Ella es su morboso placer de ser el dios macho
inventando a Eva.
No le importa que ella no sea ella,
él sabe que no lo es pero la culpa es escasa,
no es algo que le corte el sueño,
ella es lo que él anhela que sea:
otro él, tan irreal como es él mismo.
El reflejo que hace al espejo, que lo fabrica.
La necesita como la quiere
y ante la duda, ante el pavor
de que ella sea otra
se la inventa como la quiere.
Si ella se empecinara en ser esa otra que es ella
ya no le serviría.
Ella o él ─uno de los dos─ está frente a la ventana
Ella o él ─uno de los dos─ está frente a la ventana.
Una mano invisible mueve los hilos:
es una tarde de sol que no los ignora.
Ella sube una escalera y él fuma al pie
y esto pasa ahora o pasó antes
y la escena de la ventana viene después.
No importa demasiado porque tampoco importa si es real.
Para escribir un poema él piensa que es suficiente
haberla visto subir esa escalera
o haberla imaginado frente a esa ventana.
Hay quien vive anhelando, esperando
que del pelo negro de una mujer salga un poema
y se le ofrezca, medusa moderna, para el amor.
Una mano invisible mueve los hilos:
es una tarde de sol que no los ignora.
Ella sube una escalera y él fuma al pie
y esto pasa ahora o pasó antes
y la escena de la ventana viene después.
No importa demasiado porque tampoco importa si es real.
Para escribir un poema él piensa que es suficiente
haberla visto subir esa escalera
o haberla imaginado frente a esa ventana.
Hay quien vive anhelando, esperando
que del pelo negro de una mujer salga un poema
y se le ofrezca, medusa moderna, para el amor.
Nadie escribe poemas, no se puede
Nadie escribe poemas, no se puede. Porque la poesía no se escribe: se intenta.
Hay, en cada poeta, poemas que intenta cuando escribe.
¡Vamos, que el poeta es una cabra borracha saltando de risco en risco!
A veces resbalando en una piedra lisa, otras
lastimándose con el filo de una roca.
Un tronco a la deriva
con el recuerdo de haber sido árbol
de haber sido vida
de haber criado pájaros y haber abrazado al viento. Y querer contarlo
desde la lejanía de haber sido.
No hay buenos poemas, hay poetas que se acercan más o poetas que se acercan menos
al poema que intentaron.
Pero no hay poemas, solo intentos.
Nunca es buena la opinión sobre uno mismo
pero tratándose de poesía
─que es paradoja del lenguaje─
paradójicamente,
es uno quien mejor puede decir qué tan cerca o tan lejos
estuvo de lograrlo.
Va en uno ser sincero.
Uno agrupa las palabras, arbitrariamente,
ordena y desordena estructuras sintácticas
a gusto y piacere
como si de echarle sal a la comida se tratara.
A gusto: la poesía se construye a gusto.
Se intenta de acuerdo al gusto de quien intenta.
Algunos intentan Pessoas, otros Nerudas,
otros intentan a nadie
porque creen que ser uno es no ser los otros.
Pero todos intentan, y ninguno puede.
Porque no se puede escribir poemas, solo se puede
intentar escribirlos.
Hay, en cada poeta, poemas que intenta cuando escribe.
¡Vamos, que el poeta es una cabra borracha saltando de risco en risco!
A veces resbalando en una piedra lisa, otras
lastimándose con el filo de una roca.
Un tronco a la deriva
con el recuerdo de haber sido árbol
de haber sido vida
de haber criado pájaros y haber abrazado al viento. Y querer contarlo
desde la lejanía de haber sido.
No hay buenos poemas, hay poetas que se acercan más o poetas que se acercan menos
al poema que intentaron.
Pero no hay poemas, solo intentos.
Nunca es buena la opinión sobre uno mismo
pero tratándose de poesía
─que es paradoja del lenguaje─
paradójicamente,
es uno quien mejor puede decir qué tan cerca o tan lejos
estuvo de lograrlo.
Va en uno ser sincero.
Uno agrupa las palabras, arbitrariamente,
ordena y desordena estructuras sintácticas
a gusto y piacere
como si de echarle sal a la comida se tratara.
A gusto: la poesía se construye a gusto.
Se intenta de acuerdo al gusto de quien intenta.
Algunos intentan Pessoas, otros Nerudas,
otros intentan a nadie
porque creen que ser uno es no ser los otros.
Pero todos intentan, y ninguno puede.
Porque no se puede escribir poemas, solo se puede
intentar escribirlos.
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