Loca de tristeza se puso una nariz de payaso
y sonrió
para una cámara.
Me estaba enseñando a encontrar la alegría
y no lo sabía
a veces no sabe cuánto me enseña
a veces yo mismo no sé
cuánto es capaz de enseñarme
como ella me escucha todo yo hablo
y hablo
y le hablo
con ella puedo hablar de todo
de cualquier cosa
que ella, atenta, me escucha
pero yo no le digo, por orgullo,
cuánto aprendo de ella
cuánto me enseña
cuando es capaz de sacar
de la tristeza
tanta sonrisa.