Es tan cándido tu sueño de virgen
que incoloro hago yo mi deseo
por no manchar tus labios con besos
ni privarte, inocente, del himen.
Me imagino que en tus sueños gimes
y compongo poemas a tus senos;
mientras tu duermes yo duermo mis besos
por mantenerte así tan virgen.
He dejado mis ganas en la cama,
durmiendo están ellas en tus sombras,
y las sorprendo soñando con tu vientre
que celebra, desnudo, que lo aman
descubriendo impunemente su forma...
y me sorprendo besándote la frente.