sobras de banquetes ajenos, migajas apenas
de un cuerpo que nos alimentó.
Vivimos del recuerdo más que del pan,
forjamos una identidad ilusoria alrededor de nombres y fechas
perdidas pero no olvidadas.
Hay siempre unos cuantos aniversarios que ya no celebramos,
algunas fechas y eventos
que debemos arrancarnos del recuerdo
pero que ya nadie usa.
¿Qué daño hago si recuerdo el día del primer beso?
¿A quién daño si la que compartio ese beso
ya celebra otras fechas, otros besos?
He convertido mi cama en un cementerio
poblado de los fantasmas que he besado en vida,
cuando aun eran mios esos labios.
He mutilado mi cuerpo enamorado y desmembrado
en cada despedida.
Si te he amado, si te he extrañado,
ha sido en vano.