Hoy que esperaba una nube

Hoy que esperaba una nube
llegó el destino a traerme sus tormentas.
No hubo tregua ni descanso
y los brazos acalambrados y heridos
intentan un último golpe contra este viento
que trae pestes en su lomo.
Las tropas de los vencidos duermen
en el campo de batalla un sueño de victoria.
Los vencedores celebran con vino y orgías
el triunfo de sus altos ideales.
El mundo está cambiando,
se está haciendo más chico.
De todos lados llegan voluntarios
a reunir los cuerpos mutilados
para darles sepultura.
El mundo dentro de poco será de los caídos.
¡Alegría! Pronto los muertos marcaran el camino.