Hoy quiero estar aquí y ser este que escribe.
Olvidar el maltrato diario de lo cotidiano,
salirme de esta cabeza enferma de convencionalismos
sociales donde el fracaso es el éxito irreal de la fortuna.
Hoy quiero encontrarme con este verso fastidiado
que me acecha desde el rincón más fatídico
de mi mal humor.
Hoy no estoy, no he venido, ni vendré,
seré el poeta, el que fabrica versos,
el que muere lento en el corazón de una mujer solitaria.
Hoy quiero abrazarme y sentirme cuidado.
Devolver el golpe de látigo al que impera
sobre las ideas y los sueños.
Hoy quiero asesinar la mala vida
y la buena muerte que uno espera sin esperanzas.
Hoy volaré alto para mezclarme con las nubes
y que esos cuantos que no ven el cielo no me vean.
Quiero refugiarme en un abrazo lastimero
y acobardarme como perro callejero
para mostrar los dientes al inocente transeúnte
cuando menos se lo espere.
Hoy me voy a dormir en los brazos que me cobijen
sin pensar en amores ni hacer promesas.
Hoy no me hables, no me busques.
Si quieres mis palabras,
lee mis versos. Que son más mios que yo mismo.