Tu belleza o tu inteligencia me sobran.
Para quererte no necesito excusas.
Me basta con quererte.
Quererte en la informalidad
de un beso distraido.
Te quiero como a una nube
a la que no se pide
coherencia ni forma:
se la ama por caprichosa,
por las tormentas que guarda.
Te quiero suelta de lazos
y cadenas,
te quiero libre
para que tú me quieras
como yo te quiero.
Me alcanza tu abrazo para quererte.
Me alcanzan tus besos para quererte.
Te quiero porque quiero quererte
aunque seas tú la que se haga querer.
Te quiero y nada más que eso.
Lo demás me sobra
para quererte.