una fragua ardiente de fracasos insoñados
que compartimos aún sin sospecharlo.
Conocer tu historia es sentir mis antiguas penas
y mis dolencias presentes crecian en tu anoche.
De pronto dos cisnes se encontraron en la inmensidad del mar,
se reconocieron.
En esa soledad infinita que tantas soledades crea
se encontraron estas almas antiguas,
repitiendo quién sabe qué olvidado sueño
de otra vida.