un par de lentes, una corbata,
una lapicera, regalo de aniversario.
He perdido hasta la sana costumbre de pensarme vivo.
También alguna que otra media se me pierde.
Seguido olvido algún programa, algún concierto.
Cinco cumpleaños seguidos de un buen amigo.
Todos los números de los telefonos.
La dirección de la casa en que vivías cuando te conocí.
De madrugada salgo a comprar los cigarrillos
que a la tarde olvido comprar en el camino.
Seis promesas a un dios que también he olvidado.
Entre las muchas cosas que olvido quisera contar tu nombre.
Y es tan extraña y caprichosa la memoria
que aún recuerdo tu cuerpo,
aún cuando no lo he visto desde mucho antes de irte.
Se me confunden los días de la semana
y casi todo se me olvida
pero tu nombre y tu recuerdo nunca se apagan.