Te quiero, solo eso.
Lo demás me es extraño
como el hielo de las calles
esta mañana que despertamos abrazados.
Te quiero, así de simple.
Así desnuda en una mañana fría
que poco nos importa.
Te quiero, así abrazados,
así gastados.
Te quiero, y ya te extraño
antes de levantarnos
y ponernos los disfraces
de personas
que trabajan y viven
entre personas.
Te quiero porque quiero.
Con este beso cálido
que pronto olvidarán las bocas
cuando choquen de frente
con la helada mañana.