Hoy salgo a buscar flores para tus trenzas
amarillas. Quiero adornarte de nubes
profundas como tus ojos.
Anoche me dormí sin darme
cuenta abrazado a un recuerdo
de hace tiempo.
Cuando desperté me estabas hablando,
y fue tal la sorpresa que no
pude escucharte.
Nunca te dije quien soy,
y me arrepiento de no haberte
enamorado aquella tarde.
Una noche te ví en mi ventana
y supe quién era. Sin embargo,
nunca te dije que empecé mis versos
hablando de tus ojos verdes
y he dejado que pasaras por mi casa
sin hablarte.
Hoy he salido a buscar flores para tus trenzas
amarillas. Quieran tus manos recibirlas
y amarlas como aquella tarde.