sin corazón los dos, como estatuillas,
recuerdos de algún viaje que nunca hicimos.
Esta falta de nosotros que me huele a resacas
de domingo por la tarde. Yo, en la cocina,
escribiéndote estos versos, tú,
ya nunca se donde...
la casa hoy es la mansión de un rico sin amor,
habitada por dos enamorados pobres.