Qué serena te enfrentas a la mañana

¡Qué serena te enfrentas a la mañana
con esta esperanza infinita de robarme un beso!
Te opones al sol y por la noche a las estrellas, 
y triunfas siempre en tus esfuerzos
de conquistarme y quitarme de los ojos el mundo.
Te obsequio, mujer, con las mejores flores
por este amarme sin milagros,
sin imposibles...