Soneto inacabado


Extráñame si muero, que es seguro
que también yo te lloraré, regando
con lágrimas la tierra de este mundo,
con sueños la llanura al otro lado.

No aturdas vanamente a los capullos
que entre resquicios irán asomando
con tu llanto, lamentos y murmullos.
Lo bello que me nazca no has de ahogarlo

Pues nada dejaré más que las flores,
y algo de calma hierba que allí crezca:

serán esos los gestos que me queden.