Efimero


El hombre, que esta solo y esperando comienza a desesperar. Sabe de memoria que el teléfono va a sonar o que ella vendrá. Hoy o mañana, pero sabe que ella vendrá o llamará.
Entonces, ¿por qué la angustia y la desesperación? ¿Por qué con tanta intensidad se apodera de él esta necesidad? ¿Por qué esta necesidad absurda y enferma? ¿Por qué este no saber esperar?
Entonces suena el teléfono: es ella; que lo ama, que lo extraña y que hoy no puede pasar pero que mañana sin falta; se lo promete y le repite que lo ama.
Cuando cortan la comunicación, el hombre se pone el abrigo y sale a la calle. Camina y silba, esta alegre, seguro. No recuerda la desesperación, hace dos minutos.