Germina la jauría hacia lo más profundo del alma;
un único objetivo los reúne:
la más perfecta tribulación.
Al hombre lo engañaron
y lo vulneraron;
ellos lamen las llagas
y saborean el hartazgo que saben les espera.
¡Pobre aquel que conoce la mentira!
Nadie sabe cuan profundo come la carne
del que no tiene espíritu.
La jauría conoce la sabiduría del desamor:
hay soledades peores que estar solo.
Se alimentan del miedo,
de la fe violada,
de las pesadillas que corrompen.
Duermen agazapados esperando el momento exacto
para atacar,
y en la próxima mentira...