Entre bastidores el bufón acecha a la estrella,
la acosa con preguntas, le acomoda el pelo
y ella lo deja.
El sueña con ella, la ama y confía que un día
sera toda suya y espera y anhela ese día.
Ella no quiere,
jamas tomaría un bufón en sus brazos,
histriónico payaso ¡jamas la tendría!
Lo deja, sin embargo jugar con su pelo
y sus manos
no impide que de su cariño
el pobre y deforme bufón de palacio.
Un día lo hallaron colgando
de la mas alta viga:
la había encontrado besando a su protagonista.
nadie ha llorado al bufón del teatro,
nadie lo llora pues nadie lo ha amado.