Usted hace que el mundo se llene de flores

Usted hace que el mundo se llene de flores.
La cruel urbanidad que nos encierra cede ante
sus manos,
ya no hay desiertos donde vivo,
los paramos se pueblan y
empezado el otoño
los arboles reverdecen.
No hay una flor muerta en mi jardín,
ni una maceta vacía.
Usted, señora, ha borrado mi pasado.
Me ha lavado las heridas y el rencor.
Si hubo un amor antes ha matado su recuerdo.
Me ha quitado el recuerdo de otros besos, de otros cuerpos,
de otras manos.
No he deseado antes, no he amado,
me he vuelto virgen en sus manos
y este deseo de su cuerpo es el primero.
¡Que hermosa forma de entregarse!
Cuanto desinterés en lo todo que da...
en su amor descansa mi egoísta carnalidad
en su sabiduría descansa mi inteligencia...
Le escribo para que sepa que es lo que siento:
la amo...
...y tanto mas,
que no alcanza un poema...