Infinitos insectos minúsculos de incontables patas

Infinitos insectos minúsculos de incontables patas
me caminan las venas polvorientas
como arañas inquietas y desesperadas
que luchan por salir.
Me hago trapo viejo, estropajo abandonado
en el estante más alto de un anaquel
vencido por el peso de los años
en un galpón olvidado.
Es la hora del insomnio, de la lucha interminable
con la prisa y la eterna frustración
de ser un ser biológico roto
y desgastado. Inoportuna
y prematura vejez,
innecesaria.